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viernes, 22 de febrero de 2019

Cumpleaños "Soy Luna"


Sofía está en una edad en que lo mismo ve una serie muy infantil como una para adolescentes, el cambio empieza a evidenciarse, está en transición pero aún no es siquiera una pre adolescencia, sería una pre-pre adolescencia. También ha habido un cambio significativo respecto a su cumpleaños anterior y es que ya no invita indiscriminadamente a todos los niños que conoce sino que los elige, no sólo en función de si se lleva bien, sino de cercanía, aquellos con los que más trata, me sorprendió que dejara fuera de la lista a algunos niños pero no hubo en ningún caso animadversión, digamos que ha empezado a escoger a los “más íntimos”, eso me facilitó las cosas así no me compliqué tanto como el año pasado y fui más comedida en el avituallamiento, con lo que pude llegar a todo. Otra cosa buena es que aún es lo suficientemente pequeña para poder celebrarlo en el mismo local de siempre, ya que los niños lo que quieren es espacio para correr, y a pesar del cambio climático, aún no podemos arriesgarnos en pleno invierno a hacer una celebración al aire libre.
Este año se decidió por un cumpleaños de temática “Soy Luna”. La serie ya tiene un tiempo pero la nueva forma de verla, a través de plataformas y no directamente de la tele le ha permitido descubrirla.
¿Cuál sería el elemento distintivo frente a otras series de temática similar? Los patines. En esta serie de historias adolescentes aderezadas con música, la protagonista patina.
Con un presupuesto limitado utilicé decoración y utensilios de otros años y sólo cambié el banderín, pero lo que sí hice para que esa decoración tan sencilla destacara fue revestir la fea pared de ladrillo oscuro y bastante estropeada de todos los eventos que soporta, con un mantel de papel blanco y así se convirtió en un lienzo.
La tarta, por supuesto, tiene la temática “Soy Luna” y para no estresarme (organizar un cumpleaños es estresante) la simplifiqué utilizando papel de azúcar. No es ciertamente original pero no falla así que como adorno le planté un patín de fondant.
Es curioso como los niños ven hasta el más mínimo fallo y después de una primera impresión muy favorable al ver su tarta, mi hija que indicó que las alas que adornan el patín no eran del color adecuado… ellos no ven el trabajo, si la lazada hace determinada forma o si te ha costado pintar determinadas zonas, un color inadecuado y ahí tienes el dedo acusador. Bueno pues ya llevo unos años en esto y estoy preparada… “niña, es la edición 2019, las alas son marrones”, y sales como puedes de la situación. El patín luce de adorno en su habitación.
El sabor de la tarta también lo eligió ella, tanto el bizcocho como el relleno fueron de chocolate blanco.

Bizcocho de chocolate blanco

250g de harina
200 g. de azúcar
200 ml. de nata con un minímo de 35% de grasa
150 g. de chocolate blanco
4 huevos
½ sobre de impulsor químico (levadura Royal)
Se derrite el chocolate blanco al baño maría o en el microondas, en intervalos de 10 seg., teniendo cuidado de que no se queme, se reserva.
Se bate el azúcar con la nata hasta que esté bien integrado.
Se sigue batiendo mientras se añaden los huevos uno a uno.
Seguimos batiendo y añadiendo poco a poco el chocolate blanco.
Por último y batiendo suavemente se añade la harina tamizada poco a poco junto con la levadura.
En un bol previamente engrasado y con el horno precalentado a 170 º se hornea unos 45 m.

Ganache de chocolate blanco

Las proporciones para hacer un ganache de chocolate blanco son de 1 a 3, por cada 100g de nata se añaden 300g. de chocolate blanco.
Se pone a hervir la nata y en cuanto hierva se retira del fuego y se añade el chocolate blanco bien troceado, se remueve para que se derrita bien y se reserva tapado con film toda la noche.
Cuando haya reposado se bate a velocidad alta para introducir aire a la mezcla y que resulte más cremoso.


La decoración de la tarta

Todo sobre la decoración lo podéis ver en el blog de "tartafantasía"







sábado, 22 de diciembre de 2018

Ángeles con trompeta



Mis galletas están tristes.

El pasado mes de junio una de mis galletas de navidad quedó huérfana, el pequeño a quien iba destinada nos dejó. Ha sido difícil no mezclar el azúcar y la harina con las lágrimas.

Así que ha modo de homenaje he elegido unas galletas con forma de ángel pues así me lo imagino, un nuevo ángel.

Pasé bastante tiempo buscando un modelo de galletas que no resultase muy infantil pero tampoco muy recargado y di por fin con este modelo de Sweetopia que a su vez es una versión de una imagen de Svaga en Shutterstock.com

Siempre digo que no hace falta liarse a comprar moldes para hacer galletas y que una galleta con forma sencilla, cuadrada o redonda, es un lienzo en blanco, pero para esta ocasión quería algo especial, así que me puse en contacto con la empresa que vende el molde de este modelo. Pues bien, curiosamente el modelo se fabrica aquí en España pero sólo lo vende una empresa de Canadá, y aunque es un molde barato, los gastos de envío eran desorbitados. No me desanimé, tenía que ser ese modelo sí o sí.

¿Qué hacer cuando quieres un molde que no tienes? Fabricar uno. ¿Pero cómo?



Existen tutoriales que explican cómo fabricar moldes a partir de una lata de refresco, está bien para diseños simples pero en un modelo con tanto detalle pequeño se hacía complicado así que saqué el dibujo por impresora, lo trasladé a un cartón y este fue la plantilla. La dificultad que entraña hacer galletas con un molde así es que la forma es más imprecisa y que se tarda mucho pues hay que recortarlas despacio con un cutter muy afilado. Por otro lado, el tiempo utilizado para recortar las galletas se incrementa porque la masa ha de estar muy fría y por tanto hay que trabajar con pequeños trozos de masa mientras el resto espera en la nevera ya que tiende a deformarse. El mayor problema lo encontré en la trompeta, algunas se rompieron, no pasa nada, en lugar de ángeles con trompeta se convirtieron en ángeles con flauta, también hubo alguna que quedó torcida, pero al torcerse hacia arriba quedó muy simpática.

"Taitantas" a la espera de ser decoradas

El vestido lo hice diferente, por un lado por simplificar, con “taitantas” galletas no me veía poniéndolas a todas lunares, y por otro por darle un toque personal.



Otras "taitantas" esperando el fotocall

Nos ponemos guapos

También por simplificar sólo usé dos colores para hacer el pelo, los ángeles castaños tienen el pelo como él lo llevaba.



Como siempre, cada galleta es distinta, tiene su propia carita.















































Mi querido niño, mientras siga haciendo galletas tú tendrás la tuya, esperándote.
Hasta siempre, mi ángel.

domingo, 4 de noviembre de 2018

Tarta Torii


No podía ser de otra manera y Javi se merecía una tarta con detalles sobre Japón.

Es un entusiasta no sólo de la cultura manga, tan extendida hoy por nuestros adolescentes (y no tan adolescentes) sino de toda la japonesa en general, pasada y presente, su idioma, gastronomía, en definitiva de Japón. Ha tenido, además, la suerte de convivir durante unos días con una familia japonesa en el país del sol naciente y a través de su experiencia, también nosotros nos hemos contagiado un poco de la admiración por ese país, así como aprendido y desmitificado cosas que se dan por sentadas. También nos hemos sentido enormemente agradecidos pues la acogida recibida hacia nuestro hijo nos ha emocionado.
La decoración de la tarta supuso un reto de ingeniería, está claro que si quieres dedicarte a decorar tartas debes saber de arquitectura para que la decoración no se desmorone, por suerte la mayoría de mis tartas son para casa y pueden sobrevivir un viaje de la cocina al salón.



El torii es una arco que sirve de puerta hacia un espacio sagrado. Suele ser de madera y estar pintado en un color llamativo.
Para hacer esta estructura en fondant es evidente que se necesita un esqueleto para unir las piezas y darle consistencia. La forma más sencilla de un torii es de dos postes gruesos verticales atravesados por uno horizontal en el tercio superior y coronado por otro ligeramente curvado en lo más alto. Creo que hacerlo en madera me hubiese resultado más sencillo a pesar de mis nulos conocimientos en carpintería.

Temía que los postes verticales al ser tan gruesos no secaran lo suficiente para endurecerse y adquirir firmeza así que los atravesé con una brocheta, pero hice que la brocheta llegara hasta el final y así también atravesara la parte superior ya que no me fiaba de que pudiera aguantar sólo pegado en los dos puntos de unión. Ese fue el fallo, ya que las brochetas impedían que el travesaño cruzara de lado a lado cada poste con lo que quedó unido de forma débil. ¿Para qué tanto quebradero de cabeza si sólo viaja unos metros? Siempre que hago una tarta la imagino sólida como si tuviera un largo viaje lleno de baches. Debería por tanto haber usado dicho travesaño para dar consistencia a la estructura,de tal forma que atravesara horizontalmente con un largo palillo los dos postes verticales, haber usado las brochetas hasta la mitad de cada poste y por la parte superior de los mismos introducir un palillo desde el travesaño y lo suficientemente largo para que se pudiera clavar en la parte de arriba.  Otro de los inconvenientes de no haber estructurado bien el toper fue que al clavarlo en la tarta se torció y no quedó con la inclinación que había imaginado, lo clavé un par de veces y siempre se torcía así que tuve que dejarlo porque sino los distintos agujeros de la tarta no se iban a poder disimular con la base del torii.
HA BI E RU
Los dibujos los hice sobre rosetones porque el fondant que cubre la tarta estaba demasiado blando para dibujar con rotulador (de tinta comestible, por supuesto) y sólo conseguiría que se clavara en exceso y no pintara, así que utilicé una pieza de fondant fina que endureció enseguida al amasarla con un poco de cmc, además, antes de cortar la tarta, pude separar los dibujos y ahora los conserva de recuerdo. El cartel central tiene escrito en caracteres kanji una aproximación sonora del nombre de Javier, cada símbolo representa una sílaba lo más parecida a sus sonidos, en realidad lo que pone es “HA BI E RU”.
Cuando entrego una tarta (sí, entrego, aunque sea en mi casa), no incluyo las velas en la decoración pero esta vez tengo que reconocer que las velas que tenía en casa le iban muy bien.

Y la tarta era de bizcocho de zanahoria rellena de crema de queso.

La receta la podéis encontrar en el libro “Objetivo: Tarta perfecta” de Alma Obregón.
La crema de queso siempre me da quebraderos de cabeza. Por más que aumente o disminuya alguno de sus ingredientes, a la hora de trabajarla pierde consistencia así que se me ocurrió añadir a la crema gelatina neutra…
-          ¡Qué original Ana, como no se le ha ocurrido a nadie antes!,
-         Bueno vale, pero lo pensé yo solita

Buttercream de queso
-         una tarrina pequeña de queso en crema tipo Philadelphia pero que no sea light y muy fría, 200 g.
-         125 g. de mantequilla
-         400 g de azúcar glass
(para una consistencia firme, además:)
-         2 cucharadas de leche
-         1 sobre de gelatina neutra en polvo
El queso ha de estar frío, de nevera, no se debe sacar hasta el momento de ser utilizado.




Mezclar la leche y la gelatina, dejar reposar y cuando veamos que está hidratada calentarla un poco al microondas para que se vuelva líquida. Dejar entibiar.

Se bate la mantequilla con el azúcar a baja velocidad hasta que no haya peligro de que el azúcar salga volando, a continuación se bate a velocidad alta hasta que quede una consistencia cremosa y la mantequilla haya blanqueado.
Añadir el queso recién sacado de la nevera y batir a velocidad alta hasta que se integre. No os excedáis en el batido o perderá consistencia.
(para una crema más firme seguimos)
Añadir la gelatina que deberá estar líquida y tibia y seguir batiendo hasta integrar.

En fin, que no es una idea original pero sí efectiva. Sin embargo aunque está bien como relleno  es demasiado recia para cubrir una tarta así que la capa tapa migas era de esta crema pero la capa final de crema de queso sin gelatina. Con o sin gelatina su sabor no varía y está riquísima.
Gracias por leerme.
有り難う

miércoles, 25 de julio de 2018

Tarta de Santiago jugosa



Me preguntaron si sabía de alguna receta de la Tarta de Santiago que fuera jugosa… A mí las palabras “Tarta de Santiago” y “jugosa” no me cuadran. Siempre que he comido esta tarta resultaba muy rica de sabor pero bastante seca y en algunos casos mazacote, así que creí que se trataba de una tarta seca per se, ideal para tomarla con un café. Pero el reto estaba lanzado y yo tenía que experimentar.

La Tarta de Santiago parte de una base sencilla, azúcar, almendras y huevos, luego ya cada maestrillo le añade ralladura de limón, algún licor e incluso canela, lo que no lleva es ningún tipo de impulsor químico (levadura Royal).

En mi caso al no tener limones y haber hecho unos días antes la tarta de limonccello añadí este licor en sustitución. Para mi gusto a la almendra de va muy bien el coñac o el brandy, los asturianos somos mucho de cocinar con coñac pero se me había acabado y en el super sólo encontré brandy. Utilicé almendra picada muy fina, los hay que prefieren picarla un poco gruesa para que se noten los trocitos. 

Otra idea para aumentar la jugosidad de la tarta, a parte de añadir los licores, fue aumentar la proporción de huevo y también añadir aire a la mezcla con el batido. El resultado gustó mucho, quedó realmente jugosa y esta va a ser mi receta a partir de ahora.

La Tarta de Santiago es en principio bajita, pero esta receta sale más alta de lo habitual, no mucho más pero se nota. Está pensada para un molde de 25 cm, yo sin embargo utilicé dos moldes, uno de 20 cm y otro de 13. Importante usar un molde desmoldable.





Ingredientes:

  • 250 almendras molidas finas
  • 250 azúcar
  • 5 huevos medianos
  • 2 cucharadas de limoccello
  • 5 cucharadas de brandy
  • Azúcar glass para decorar






Elaboración:

Precalentar el horno a 170º. Yo utilicé ventilador y añadí agua al fondo del horno para que hubiera más humedad.



Batir los huevos hasta espumar. Añadir poco a poco el azúcar hasta que se integre batiendo a velocidad media-baja. Cuando esté integrada subir la velocidad y batir hasta que doble el volumen; el color cambiará, se volverá más blanquecino.

Antes de que terminemos el batido añadiremos los licores.

Incorporar las almendras molidas con movimientos envolventes.

Rociar el molde con un spray desmoldante y poner en la base un papel de horno. Se puede usar un poco de mantequilla para untar el molde pero el papel de horno es imprescindible.



El molde de 20 cm lo rellené hasta la mitad y el pequeño ¾ partes.

Hornear hasta que al pincharla con un palillo salga seco, unos 50 minutos.

Cuando esté fría se desmolda y se decora. Bastará con poner una plantilla de papel de la Cruz de Santiago en el centro de la tarta y espolvorear azúcar glass. Sólo hay que tener cuidado al quitar la plantilla.

Una cosa que tengo que recordar para la próxima vez es ponerle al molde una banda de horneado. Estas bandas son unas tiras de tela que se han de mojar previamente y sirven para que la parte superior del molde que queda al principio sin masa no adquiera más temperatura que el resto del molde, ya que de lo contrario las paredes de la tarta subirán más rápido que el centro y al enfriarse esta se hundirá.


Ya tenéis vuestra Tarta de Santiago jugosa.


lunes, 23 de julio de 2018

Tarta de Limonccello




Utilizo mi cumpleaños para experimentar con tartas nuevas. Hace poco se difundió la tarta de boda del príncipe Harry con Meghan Markle y pensé en reproducirla. Obviando que los limones fuesen de Amalfi o que los huevos fueran orgánicos de Suffolk, lo que sí hace particular a esta tarta es el licor de flor de sauco. Después de buscarlo y comprobar que la botella más barata de 700 ml costaba 25 euros pensé “va a ser que no” y cambié de idea. Rebusqué en la despensa y encontré en el fondo del olvido una botella de licor de limonccello así que decidí probar.


El limonccello es un licor italiano que se obtiene de macerar la cascara de los limones muy adecuado para aromatizar postres.

Como base utilicé la receta del bizcocho de yogur. Obviamente el resultado fue un bizcocho con sabor a limón y no creáis que no pensé si no sería más sencillo utilizar un yogur de limón o ralladura, o ambos. Sí, es un bizcocho de limón pero el sabor es distinto, ni mejor ni peor, tiene un toque que lo diferencia, también es cierto que variando la cantidad de licor podemos potenciar aún más su sabor.
La receta del bizcocho de yogur es universal y muy fácil, el vaso de yogur nos da la medida del resto de ingredientes:
  • 1 yogur natural
  • 1 vaso de aceite
  • 2 vasos de azúcar
  • 3 vasos de harina
  • 4 huevos
  • 1 sobre de polvos de hornear (levadura Royal)
  • 2 cucharadas de limonccello (o un par más si queremos un sabor intenso)

Elaboración:

Precalentar el horno a 170º

Se baten los huevos hasta que espumen, se añade el azúcar y se sigue batiendo hasta que se integren.

Añadimos el aceite, el yogur y el limonccello y se bate hasta que quede una mezcla homogénea.

Se añade la harina previamente tamizada junto con los polvos de hornear hasta que todo quede bien integrado.

Utilicé tres moldes de 14 cm previamente engrasados con spray desmoldante,  si no se tiene se engrasarán con mantequilla pero en cualquier caso es conveniente poner un papel de hornear en el fondo.



Buttercream de limonccello

  • 250 g. de mantequilla a temperatura ambiente
  • 250 g. de azúcar glass
  • 1 cucharada de leche
  • 2 cucharadas de limonccello

Se bate la mantequilla con el azúcar a velocidad baja hasta que no haya peligro de que el azúcar vuele por toda la cocina, después se subirá la velocidad y se bate varios minutos hasta conseguir una mezcla homogénea. Se añade la cucharada de leche para que la mezcla sea más cremosa y las dos cucharadas de limonccello para darle sabor.

Almíbar de limonccello

Aunque el bizcocho resulta jugoso me gusta añadir a mis tartas un poco de almíbar para que no se resequen
  • 200 g de agua
  • 200 g de azúcar
  • 2 cucharadas de limonccello

Sólo hay que llevar todos los ingredientes a ebullición removiendo de vez en cuando para facilitar que el azúcar se disuelva. Cuando esté frio podremos humedecer los bizcochos.



La decoración

Para mi tarta quería una decoración sencilla y sin florit…, una decoración sencilla, así que con la boquilla 2D de Willton para hacer unos rosetones. Y como un cualquier cumpleaños, las velas.