Fondo

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Buho navideño


A quién no se le ha enredado alguna vez las luces de navidad. Las guardas con cuidado, tienes un método para que no se enreden pero al año siguiente parece que hayan bailado en su caja una cumbia cruzada… sin mucho éxito.

Por otro lado, me encantan los búhos y las “curuxas”, me parecen unas aves bellísimas y símbolo de  inteligencia y sensatez, y como desenredar las luces desafía la inteligencia y los nervios, imaginé una escena divertida con un búho asombrado por la situación.


Diseñando
Esta galleta lleva un diseño previo de varios días pensando en la forma de la casa, el tamaño del búho, su posición o los colores a utilizar, y aún así el resultado final difiere con los bocetos previos.

Quería que la galleta tuviese forma de casa, como no tengo cortador específico y además quería una casa que no fuera de líneas rectas sino con paredes y tejados sutilmente curvos, hice una plantilla con un cartón duro y corté la masa con un cuchillo bien afilado; para esto la masa ha de estar muy fría.

Para la entrada a la casita realicé un agujero al que le puse trocitos de caramelo, al hornearse con la galleta el caramelo se derrite y rellena la superficie, la galleta se ha de hornear sobre papel sulfurizado, también llamado papel de hornear o papel vegetal. Hay que tener mucho cuidado cuando se sacan las galletas, por norma se dejan unos minutos en la bandeja pero en este caso al llevar caramelo hay que dejarlo enfriar unos minutos más para que al moverlas el caramelo derretido no se quede en la bandeja, y traspasarlas a otro papel sulfurizado porque aunque nos parezca frío el caramelo tarda mucho en enfriar del todo y si lo ponemos sobre otro tipo de superficie, por ejemplo un paño de algodón, el caramelo se pegará.

Antes de hornear
Horneadas

Para conseguir glasa de color rojo o negro hay que utilizar colorantes buenos como el “Extra Red” de Sugarflair además de utilizar mucha cantidad, así que esta vez para no complicarme con estos dos colores compré glasa preparada en tubo de la marca Wilton. Esta glasa es en teoría muy fácil de utilizar, basta enroscar un adaptador de boquilla al tubo y está listo… en teoría. Pues bien, la glasa es tan espesa que le cuesta salir por la boquilla, dio igual masajear el tubo, apretar con fuerza o calentar la boquilla, terminé pasándola a una manga pastelera diluyéndola previamente con agua, y aun así no conseguí la consistencia que deseaba, de hecho seguía siendo tan espesa que al apretar reventó la manga y casi estropea una galleta, con lo que terminé haciendo mi propia glasa.

Distintas fases de la decoración
La receta de la glasa es sencilla, clara de huevo, azúcar glass, unas gotas de limón y el colorante deseado.

Las cantidades que suelo usar son:
  • 2 claras de huevo
  • El azúcar glass que pida (400 g. aprox.)
  • 5 gotas de zumo de limón

Se empieza batiendo las claras hasta que espumen y se añaden las gotas de limón que facilitarán el secado y que el azúcar no cristalice. El azúcar se va echando de poco a poco hasta conseguir una consistencia que permita hacer delineaciones sin que se desborde por la superficie, para comprobar la consistencia tomaremos un poco de grasa con una boquilla y dibujaremos una cruz, la glasa tiene que salir por la boquilla de forma continua sin romperse y las aspas de la cruz dibujada no tienen que diluirse una aspa sobre otra. Añadiremos el colorante en gel, dependiendo de la cantidad que añadamos hay que volver a comprobar la consistencia de la glasa porque el colorante puede cambiarla.

En caso de que la glasa nos quedase demasiado espesa se puede añadir agua, pero será de gota en gota, y así iremos jugando con el agua y el azúcar.









La glasa se puede preparar con antelación, para conservarla se dejará en un recipiente tapada con un paño de algodón humedecido y que toque la glasa para que no entre aire, sino se secará la superficie.
Sólo queda enviarlas a sus destinatarios pero eso será otro día.


¡Feliz Navidad!







sábado, 4 de noviembre de 2017

Assassanation Classroom


Esta especie de “bicho/pulpo/profesor-universitario-de-gala/bailaor-de-flamenco” amarillo es Koro-sensei, el personaje principal de la serie de anime “Assassanation Classroom”.

Y esa mismita cara que estáis poniendo es la que se me quedó a mi cuando mi hijo me pidió una tarta con temática de esta serie, rictus que me duró desde agosto, mes de la petición sabedor de que la tarta podía tener su complicación, hasta noviembre en que cumple años.

Claro, yo además no podía hacer una tarta sencilla, colocar una oblea impresa o hacer al bicharraco en cuestión en 2D. No, yo tenía que ir a por el personaje principal y a lo grande.

El cuerpo es muy fácil de hacer, tan solo son capas de bizcocho terminadas en forma redondeada en la parte superior y rebajadas en la capa inferior para poder introducir los múltiples piececitos. La cabeza tampoco es difícil aunque si laboriosa, no la hice de bizcocho porque con el cuerpo había tarta más que suficiente, tampoco de RKT porque no se iba a comer de ninguna manera y sabía que mi hijo la querría conservar, además, no llegaría a tener una esfera perfecta, así que la mejor opción fue una bola de porexpan. Ahora luce cual trofeo en la habitación de mi hijo.


Sin embargo lo que me tuvo preocupada durante esos dos meses fue cómo hacer los brazos y que se sujetaran como si bailara la primera y la segunda a la vez de una sevillana, repito, no podía hacerlo fácil y dejarlos arrastrando, no, el bicho los tiene en alto, pues arriba que se van. Hice muchas pruebas con RKT y alambres pero el peso los vencía. La solución final se me ocurrió en el último momento: forré alambre galvanizado con fondant y lo dejé endurecer unos días sobre una superficie plana, el alambre es muy endeble y se dobla con el peso, es el fondant lo que mantiene la forma pero el alambre dentro hace que no se rompa. Unirlos a la tarta fue una complicación añadida, si los introducía individualmente se caía rompiendo el bizcocho porque este no tenía la fuerza suficiente para sostenerlos. Si unía los brazos y los colocaba entre las capas de bizcocho su forma redondeada hacía que girara por el peso y se vinieran abajo. Así que hice una plataforma rectangular de porexpan del grosor de una capa de bizcocho y los até a ella, sustituí parte del bizcocho por la estructura y voilá. (Nota: siempre que en una tarta se añadan elementos no aptos para alimentos se debe evitar el contacto forrándolos con un material apto como por ejemplo film de cocina).



Y a todo esto de qué era la tarta, pues a petición del interesado de bizcocho de chocolate blanco relleno de buttercream de chocolate blanco. La receta pertenece al libro de Tarta Perfecta de Alma Obregón que he utilizado otras veces y al ser tal cual no la reproduzco.


Pues así cumplió 15 años mi hijo, ya tengo todo un chicarrón del norte.










domingo, 23 de julio de 2017

Bola de mármol rosa.


En mi casa ocurre un fenómeno que consiste en que botellas de diversos licores y origen olvidado languidecen en el fondo de la despensa a la espera de que un día les de salida.

Normalmente ven la luz aquellos días que toca limpieza general y su esperanza se desvanece cuando después de dejarlas libres de polvo vuelven a la oscuridad de las profundidades del armario.
Por otro lado mi cumpleaños lo utilizo para experimentar, ya sea con nuevos sabores, nuevas técnicas o ambos.

Y aquí tuve la idea de utilizar alguna de las botellas para dar sabor a los bizcochos. Le tocó el turno a la de “limoncello”; para ello utilicé la receta clásica del bizcocho de yogur y le añadí dos cucharadas del licor. El resultado fue un bizcocho con un fuerte sabor a limón que gustó mucho. Para este bizcocho le va muy bien el relleno de crema de queso.

A la receta del bizcocho de yogur me gusta llamarla 1, 2, 3, 4 porque es la cantidad de los ingredientes principales.

Receta de bizcocho de yogur con “limoncello”:

La medida que se utiliza para la cantidad de ingredientes es el vaso de yogur.

Ingredientes:

-          1 yogur
-          1 vaso de aceite de girasol (u otro aceite de sabor muy suave)
-          2 vasos de azúcar
-          3 vasos de harina todo uso
-          4 huevos
-          2 cucharaditas de polvos de hornear (1/2 sobre de levadura Royal)
-          2 cucharadas de licor de “limoncello”

Elaboración:

Precalentar el horno a 170º.

Tamizar la harina junto con la levadura y reservar.

Batir los huevos con el azúcar hasta que esté todo integrado, seguir con el aceite, las cucharadas de “limoncello” y el yogur. Cuando esté todo bien mezclado añadir la harina tamizada y la levadura poco a poco. Dejar que se integre y batir un par de minutos a velocidad alta.

Preparar el molde con un spray desmoldante o en su defecto impregnándolo de una capa fina de aceite y espolvoreando harina por toda la superficie.

Hornear unos 40 minutos o hasta que al pinchar en el centro con una brocheta salga limpia.
Para la forma de esfera utilicé unos moldes especiales que son una pequeña ayuda pero no impiden tener que moldear el bizcocho ya que al rellenar la tarta de crema tiende a perder la forma y hay que ir corrigiendo.


Nueva técnica.


Hace poco que apareció la cobertura de espejo, esta técnica creada por Olga Noskova está haciendo furor y no es para menos pues su apariencia es sencillamente elegante.



Como a todo hay que cogerle el punto, perno no es difícil aunque sí muy lenta. De los ingredientes que más nos puede extrañar es la glucosa, la podemos encontar en tiendas especializadas, tal cual como glucosa y en algunos supermercados como "corn syrup" o jarábe de maíz. Es un producto que merece la pena tener pues su caducidad es muy larga, aun así también se puede hacer en casa, como puede conservarse por mucho tiempo se puede hacer con antelación y guardar en una botella para usarlo más tarde.

Para saber cómo se hace la glucosa para repostería os dejo un vídeo que me encanta del programa "En casa contigo" presentado por Silvia Tortosa.

Cobertura espejo.


Ingredientes:

-           20 gr de gelatina en polvo
-          120 ml de agua para hidratar la gelatina
-          300 gr de glucosa
-          300 gr de azúcar
-          150 ml de agua
-          200 gr de leche condensada
-          300 gr de chocolate cortado en trozos pequeños (en este caso blanco)
-          Colorante alimentario (opcional)

Elaboración.
Se mezcla el agua (120 ml) y la gelatina y se reserva. Hervimos la glucosa junto con el azúcar y los 150 ml de agua, cuando empiece a burbujear se retira del fuego y se añade la gelatina sin parar de remover hasta que se disuelva. Añadimos la leche condensada y el chocolate y mezclamos con una batidora. 
Si queremos darle color añadiremos ahora el colorante.
Hay que dejarlo enfriar hasta una temperatura que permita a la mezcla tener la viscosidad que haga que se quede pegada a la tarta, En casi todas las recomendaciones de internet aconsejan dejar enfriar la mezcla hasta los 35º, bien, esto es una orientación, en mi caso tuve que dejarla bajar hasta los 30º. Como en todo es ensayo y error. Es este proceso de enfriamiento el que es largo, puede tardar horas en alcanzar la temperatura deseada.
Algo importante a parte de la temperatura es que no tengamos trozos de chocolate ni burbujas así que pasaremos la mezcla por un colador.
Si lo que queremos es un efecto marmoleado yo prefiero que enfríe toda la mezcla y después separarla en varios recipientes y agregar el color, ya que al no usar la misma cantidad de mezcla para los colores esto hará que unos enfríen antes.
Otra cosa a tener en cuenta es que la tarta a cubrir esté fría y no a temperatura ambiente.
Y este fue mi resultado, con el bizcocho en forma de esfera y con esta cobertura la tarta se asemejó a una bola de cerámica o mármol rosado.



domingo, 28 de mayo de 2017

Tarta gimnasia rítmica (2)



A medida que Emma crece, y ya son 9 años, se ve un cambio en las tartas. Si bien está en una época en que lo mismo te puede pedir un tema más infantil también sale a relucir sus aficiones de niña mayor. Siguiendo los pasos de su hermana Laia se ha decantado por la gimnasia rítmica, una disciplina muy exigente pero muy bonita.


Siendo Emma, la tarta no puede ser más que de chocolate, así que el bizcocho es el que aparece en el libro de recetas de Alma Obregón, "Objetivo: Tarta perfecta" y para el relleno una sencilla ganache de chocolate.


Ganache de chocolate.

Yo utilicé mucha cantidad pero dejo una receta más reducida en ingredientes, lo fácil de esta receta es que se trata de añadir el mismo peso de nata que de chocolate. Lo importante es que la nata tenga el mayor porcentaje de grasa que encontréis en el mercado, en España sería la que está clasificada como nata para montar, que tiene un porcentaje de un 35% o superior.

- 300 gr. de nata para montar
- 300 gr. de chocolate negro (70% cacao)

Se trocea el chocolate lo más pequeño que se pueda para facilitar que se derrita. Se calienta la nata hasta que comineza a hervir procurado moverla con unas varillas para evitar que se queme. En este punto se va echando el chocolate y removeremos hasta que este se derrita.
Retiraremos del fuego y dejaremos que temple.
Podemos dejarlo en la nevera hasta el día siguiente bien tapado para que no coja olores.
Para utilizarlo de rellene deberemos montarlo previamente.


Y para terminar, más fotos de la tarta.









viernes, 24 de febrero de 2017

Cumpleaños selvático.


Se nos ha ido de las manos, a mí también, lo reconozco. Los cumpleaños empiezan a ser pequeñas ceremonias planificadas con antelación, con alquiler de local, decoración y espectáculo, un auténtico dineral para agasajar a ¿los niños?

Después de haber vivido muchos cumpleaños infantiles lo que tengo claro es que los niños quieren espacio; correr, saltar, gritar, ser niños. Si el tiempo lo permite lo ideal es al aire libre, pero ¿qué hacemos cuando eso no es posible?

The Nanny Diaries
No entremos en pánico. Lo primero es ser sinceros con nosotros mismos y buscar a nuestro niño interior. Si sólo nos preocupamos por el “glamour” para quedar bien acabaremos con niños hastiados; eso me recuerda a la película “Diario de una niñera” (“The Nanny diaries”) donde la madre en su mundo de alto standing olvida a su hijo y le prepara un cumpleaños con payasos alternativos sólo pensando en ser la más chic, la cara del pequeño es un poema.

Como he dicho los niños quieren jugar, así que lo primero es buscar un local amplio donde puedan correr, saltar, ser niños, les puedes ofrecer pintarse la cara, cuadernos para colorear o pegatinas. Luego la merienda, qué quieren; en mi día a día y aun siendo yo “Terapia de azúcar” mis hijos apenas tienen acceso a procesados, alguna galleta y poco más así que en los cumples levanto la mano y les doy lo que quieren, chocolate, gusanitos y muchos otros productos que han de ser una excepción, así de paso también los disfrutan más. La decoración; si son pequeños os aseguro que les encantan los globos pero a medida que discurre el cumple deberían tener oportunidad de hacerse con ellos y poder explotarlos, se pueden colgar unos pocos de una cuerda a modo de guirnalda y el resto esparcidos por el suelo.


Vale, está muy bien pero no tengo tiempo o ganas. Existen empresas especializadas en montar cumpleaños que ofrecen el pack completo y se adaptan a las necesidades de cada uno, verdaderos profesionales que os quitarán de preocupaciones y sabrán divertir a los peques sin llegar a los extremismos de la película mencionada.

Con todas estas premisas, este año además he querido probarme y montar yo solita el cumple de mi peque que hacía 6 años.  Lo primero, como siempre hago tartas decoradas, fue el motivo de la misma, eligió “la selva”. Tener a tu clienta en casa puede ser agotador, cada día se le ocurría un nuevo animalito para añadir… “quiero un elefante, ahora un mono y también un dinosaurio”, ahí tuve que plantarme. Ya con la tarta en proceso había que seguir con la mesa de cumpleaños. Lo mejor es hacer un boceto y una lista de aquello que se quiera servir.













La decoración.  Aquí la imaginación es libre y el bolsillo limitado. Para facilitar el trabajo existen muchas tiendas especializadas en decoración de fiestas. En mi caso opté por colores que pegaran con la temática de la tarta. La decoración fue muy sencilla, un faldón para la mesa que puedo reutilizar, un mantel desechable, una guirnalda de globos, unos abanicos y un photocall con temática de selva. Los stands de pisos los hice con cartones reciclados. Lo que les llamó la atención fue tener que servirse las chuches en vasitos utilizando pinzas o cucharas de servir, les encanta la autonomía.



Tarta selvática. La receta que utilicé fue la de chocolate y plátano caramelizado del libro “Objetivo: Tarta Perfecta” de Alma Obregón, como es tal cual no la voy a poner, sólo recomendaros el libro por ser manejable y tener muchas recetas sencillas, la única pega es que no tenga un índice especificando la página de cada tarta. Y para que veáis que  estaba buenísima, varios papás y algún niño repitieron.

La tarta no la cubrí por completo de fondant, últimamente si puedo lo evito porque luego no se come y esta tarta se prestaba a ello, así que dejé visible la cobertura de chocolate. Me gusta contar una historia he imaginé a los animales surgiendo de la selva con cara de asombro, supongo que por el ruido del cumple. Me encanta la jirafita poniendo esa cara sólo porque lo hace su mamá y mirándola en lugar de hacerlo hacia donde lo hace el resto. Hice dos modelos de hipopótamo, uno más infantil y otro más “serio”, este segundo era el que más pegaba con los otros animales pero “la clienta” me pidió que pusiera los dos y accedí.


El resultado de montar yo sola el cumple fue estresante pero mereció la pena.



¿Y vosotros qué hacéis?

viernes, 27 de enero de 2017

¿Jugamos una partida al futbolín?


Desde que descubrí este set de jugadores de futbol para tartas, llevo esperando casi un año a que me pidan la tarta de chuches con temática futbolística que suelen encargarme por estas fechas.

Un año esperando para hacer un futbolín y claro, tenía que ser a lo grande; la base de porexpan fueron 6 planchas de 20 x 20 cm.



Es un modelo muy sencillo pero muy vistoso. La "dificultad" estriba en colocar chuches variadas sin que pierda la perspectiva, de ahí que no me preocupara en hacer las brochetas que simulan los mandos muy refinadas, sino que aproveché para introducir modelos de chuches muy diferentes. Las brochetas son cuatro en cada lado, al igual que los mandos en un futbolín y al igual que en uno de verdad, en cada lado está la terminación del mando contrario simulados aquí por chupachús. En una tarta más pequeña se puede ser menos fiel y añadir más brochetas para aumentar la cantidad y variedad de chuches.

Mandos y terminaciones

Para que luciera aún más la elevé sobre cuatro patas, si bien no las cubrí de chuches porque esta tarta ya tiene unas grandes dimensiones como para no necesitar más y quedaría fatal.



Una idea muy sencilla con la que sorprender a niños y no tan niños.