Fondo

martes, 22 de diciembre de 2015

Santa Claus is comming to town.



Vuelve a ser Navidad y vuelven las galletas, me encanta hacerlas en esta época porque antes de pensar si quiera en ellas ya tiene cada una un destinatario.

Quise hacer un Papá Noel, esta vez sin un cortador especial aunque tentada estuve de comprar uno pero como digo a mis pequeños alumnos, una galleta es un lienzo en blanco y no hay que liarse a comprar miles de cortadores diferentes…  sobre todo porque no tengo sitio ni economía suficiente.


Para hacer tantas galletas, unas 30, puede ser de utilidad realizar una plantilla y dibujar la silueta con un rotulador comestible. En mi caso, al ser un diseño tan sencillo preferí dibujar cada una de las galletas a mano alzada para que, aunque parecidos, todos los Santa Claus tuvieran su personalidad.


Al principio pensé en dibujar sólo al personaje y dejar el resto de la galleta desnuda pero finalmente me decidí por un fondo verde navideño ribeteado de dorado. Como fue una decisión final, el fondo lo hice rellenando los huecos en lugar de hacer una base primera que sería lo apropiado.



El mayor problema que encontré fue dar con la apariencia de algodón de las zonas blancas del gorro. Como no tenía azúcar perlada probé a hacerlo con azúcar blanquilla pero no me gustó el resultado, parecía espuma. Recordé que tenía un sobre de coco rallado y voilá, me encanta como quedó.

Ya sólo queda embolsarlas individualmente y prepararlas para el viaje.


Rojo, verde, dorado, y Santa Claus, no se puede ser más navideño.


¡  Felices Fiestas !




miércoles, 4 de noviembre de 2015

Tarta colibrí (Hummingbird cake)

 
Desde que oí este nombre de tarta tan sugerente tenía muchas ganas de hacerla, y cuando supe además qué ingredientes la componían (plátano, piña, coco…) no me pude resistir. El cumpleaños de mi hijo mayor fue la excusa perfecta.
No he conseguido averiguar el motivo del nombre, pero me gusta la teoría de mi amiga Ana de que está tan rica que se acaba volando.
Cuando una receta es nueva para mí voy a lo seguro y recurro al blog de Bea Roque, ya que es garantía de éxito. Podéis consultarla aquí.
Los cambios que realicé son mínimos, añadí más nueces porque ya que me había costado tan caras aproveché para echar más, y como siempre, la mezcla de los ingredientes que hago, primero los secos tamizando los que se puedan y luego poco a poco los húmedos.
El resultado es un bizcocho consistente, muy jugoso que no necesita almíbar y con diferentes texturas que aportan las nueces y el coco. Particularmente creo que predomina el sabor del plátano, probaré otro día a echar uno menos.
Ingredientes:
  • 220 gr. harina trigo todo uso
  • 1 cucharadita canela
  • 1/2 cucharadita bicarbonato sódico
  • 1/2 cucharadita sal
  • 75 gr. nueces muy picadas y unas pocas enteras para decorar
  • 50 gr. coco rallado
  • 100 gr. azúcar blanquilla
  • 100 gr. azúcar moreno
  • 3 huevos medianos
  • Una lata pequeña de piña (aprox. 140 gr.)
  • Nueces pecanas
    3 plátanos de Canarias hechos puré
  • 125 gr. Aceite de girasol
  • 1 cucharadita extracto de vainilla
La receta original utiliza nueces pecanas que son las que usé, unas nueces habituales en EE. UU. de donde es originaria la receta, más alargadas, sin el característico sabor amargo de las nueces comunes y mucho más caras. Si no las encontráis, usad las comunes.
 
Elaboración:
 
Se pican las nueces pero sin hacerlas polvo, un tamaño pequeño pero que nos encontraremos en el bizcocho. Se reservan.
Se hacen puré los plátanos, bien machacándolos con un prensa patatas o con una picadora. Se reserva.
Para la piña, retiraremos el jugo que trae la lata y también la haremos puré. Se reserva.
Mezclar los ingredientes secos: la harina tamizada, los dos tipos de azúcar, la canela, el bicarbonato, la sal, el coco y las nueces; utilizar para ello la batidora durante uno o dos minutos hasta que quede una mezcla homogénea.
A continuación se añade a la mezcla seca los ingredientes húmedos poco a poco a velocidad media dejando que se integre el anterior antes de añadir otro ingrediente: el aceite, los huevos previamente batidos hasta que espumen, el extracto de vainilla, el puré de piña y el de plátano.  
La mezcla la repartí en 3 moldes de layer cake de 15 cm. previamente engrasados con spray desmoldante. Para asegurar la misma cantidad en los moldes utilicé una cuchara de helados, echando una cuchara cada vez en un molde distinto.
Con el horno precalentado a 170º  para estos moldes se hornea durante 30 minutos aproximadamente, pero lo controlaremos pinchando los bizcochos con un palillo y comprobando que salga seco.

Crema de queso.

 

Aunque esta crema ya la he incluido en otro post del blog, por ser tan cortita y no tener que ir enlazando la vuelvo a escribir tal cual.
  • 200 g. de queso tipo philadelphia (una tarrina pequeña) no light, pues necesitamos la grasa que aporta
  • 75 g, de mantequilla
  • 1 cucharadita de vainilla
  • 1 taza de azúcar glass
El queso tendrá que estar muy frío, recién sacado de la nevera. La mantequilla se saca un poco antes pero no ha de estar a temperatura ambiente sino algo fría, que mantenga su consistencia.
Primero se bate la mantequilla hasta ablandarla un poco, se va añadiendo el azúcar glass despacio a velocidad baja hasta que no haya peligro de que salga volando y se sube la velocidad. Se añade la vainilla y cuando esté, el queso batiendo hasta tener una crema suave. 
 
 

La decoración.

 

 
A sus 13 años mi hijo es de gustos sencillos y lo reflejé en la decoración. Este tipo de tartas se llaman tartas desnudas en contraposición con las forradas de fondant, esto no quiere decir que su decoración sea descuidada, puede ser muy sencilla o con toppers muy complejos pero dejan a la vista sus capas que han de estar muy bien niveladas y el relleno que puede rebosar, dándole un aire rústico que me encanta.
 
Para que la crema no se desmorone con el peso de los bizcochos, primero meteremos cada piso con su crema por separado en la nevera.
 
En el piso superior coloqué unas nueces.
 

Las banderitas suelo hacerlas con un editor de texto pero no me pude resistir a utilizar estas “Chalkboard Alphabet Bunting” de Kristin. Podéis encontrar este y otros imprimibles gratuitos en su página www.yellowblissroad.com, yo ya le he echado el ojo a otros para navidad.
 
Con sólo recortar las banderitas, pegarlas en un colorido cordón de algodón trenzado (bakers twine) y atar este a un par de palillos para brochetas conseguiremos una decoración sencilla y elegante.
 
 
 
 
 
 
(Nota para mi: Quitar la decoración de papel antes de poner las velas, el papel arde)
 


jueves, 23 de julio de 2015

Happy Birthday to me. Cupacakes de zanahoria.


Me gusta cumplir años, a su debido tiempo. Siempre he considerado que la alternativa es peor, y cuando alguien más joven bromea con mi edad contesto "yo ya he llegado...".

Sin embargo celebrarlo es otra cosa. 

Cuando era pequeña nunca lo celebré con amiguitos, el verano es lo que tiene, vacaciones. Creo que me acostumbré. Ya de mayor utilicé esta fecha como escusa para reunir a los amigos, pero hay algo que me incomoda muchísimo y por lo que también dejé de celebrarlo, los regalos. Prefiero reunirme con los amigos en cualquier otra fecha, por ejemplo en el cumpleaños de otro. La única persona con la que me siento bien recibiendo un regalo es mi marido y no se lo pongo fácil. A medida que se acerca mi fecha, y a veces me pilla por sorpresa, le digo que no quiero nada porque lo tengo todo, una vida sencilla y sin muchos sobresaltos con amigos y una buena familia. Lo material, pues si puedo me lo compro cuando lo necesite y si no el mundo sigue girando. 

Lo que sí hago desde hace poco es invitar sin previo aviso a la "chiquipandi" de mi urbanización a algunas chuches. Este año hice unos cupcakes y de momento son los cupcakes más ricos, jugosos, equilibrados en sabor y sanos que he hecho.

Cupcakes de zanahoria.


La receta original pertenece a Alma Obregón de Objetivo: Cupcake perfecto que podéis encontrar aquí y de la que he hecho unas pequeñas variaciones.

La primera es sustituir las nueces por galletas, algunos pequeños son alérgicos a los frutos secos.
Otra es cambiar las pasas por arándanos, un poco más ácidos.
Por último la forma de prepararlos triturando los ingredientes con batidora y mezclando primero todos los secos.

Ingredientes:

  • 140 g. harina
  • 115 g. azúcar
  • 120 g. aceite de oliva suave o de girasol
  • 150 g. zanahorias, unas dos zanahorias grandes
  • 140 g. manzana, una pequeña, utilicé la variedad Royal Gala, pero se puede usar otras.
  • 2 huevos
  • 1 cucharadita de bicarbonato
  • 1 cucharadita de canela
  • 6 galletas maría
  • 50 g. de arándanos secos, u otra fruta pasa.


Elaboración:

Con estas cantidades salen unos 15 cupcakes.

Precalentar el horno a 170 grados.

Triturar finamente las galletas y mezclar a velocidad media con la harina previamente tamizada, el azúcar, el bicarbonato y la canela. Triturar hasta hacer puré por un lado la zanahoria y por otro la manzana y reservar. Triturar o trocear los arándanos en cachitos pequeños estos no se llegarán a hacer puré pues están muy secos. Batir los huevos hasta espumar y añadirlos poco a poco a la mezcla seca. Cuando estén integrados añadir el aceite también de poco en poco, quedará una masa como para galletas. Añadir el resto de frutas y cuando esté batir a velocidad alta unos tres minutos, la zanahoria y la manzana le habrán proporcionado a la masa la humedad que necesitaba.

Colocar las cápsulas en un molde para cupcakes o magdalenas.
Llenar las capsulas dos tercios y hornear durante 15 minutos.
Enfriar en una rejilla manteniendo las capsulas en el molde durante cinco minutos, después sin el molde hasta que estén totalmente frías.



Crema de queso.


Y aquí está la enésima receta de crema de queso que hago. Es más fácil, rápida y tan rica como el resto pero como todas, una vez fuera de la nevera empieza a perder su consistencia.

  • 200 g. de queso tipo philadelphia (una tarrina pequeña) no light, pues necesitamos la grasa que aporta
  • 75 g, de mantequilla
  • 1 cucharadita de vainilla
  • 1 taza de azúcar glass


El queso tendrá que estar muy frío, recién sacado de la nevera. La mantequilla se saca un poco antes pero no ha de estar a temperatura ambiente sino algo fría, que mantenga su consistencia.
Primero se bate la mantequilla hasta ablandarla un poco, se va añadiendo el azúcar glass despacio a velocidad baja hasta que no haya peligro de que salga volando y se sube la velocidad. Se añade la vainilla y cuando esté, el queso batiendo hasta tener una crema suave. 

Guardar en la nevera hasta su uso.

La decoración.


No se necesita más que unas cápsulas bonitas pero cuidado porque si no son de buena calidad se arruinarán en el horneado. Para curarme en salud utilizo doble cápsula, la blanca durante el horneado y la decorativa sobrepuesta después.
Con esto no hace falta más que añadir la crema en forma de rosa con una boquilla rizada.

Fácil. 




miércoles, 20 de mayo de 2015

Tarta Gru mi villano favorito.


-          Ana, ya sé de qué quiero la tarta, de muertos, vampiros… - Llevaba casi dos años preparándome para esto, recopilando fotos, sacando ideas...
-          No me lo digas, quieres una tarta de las “Monsters High”.
-          No, la quiero de sangre, zombies… - ¡ Mi gozo en un pozo !
-         ¡De eso nada!
-         Jo, ¿por?
-         Porque en primer lugar tienes 7 años y en segundo lugar tus padres dejan de hablarme.

      No había terminado la frase y:

-         Vale, pues entonces de los Little Pony.
-     Eso es otra cosa.- Ya me imaginaba montones de diminutos caballitos trotando entre nubes y un arcoíris.
-         No mejor una de un minion.-  Todos los caballitos hicieron “plof” en mi cabeza
-         Vale, ¿estás segura? Pero te la hago distinta que la de tu hermana.
      
      Dos días más tarde con el tiempo al límite, los materiales comprados y el diseño hecho.

-          Ana, ya sé de qué quiero la tarta…
-          Ah, no. Ya está en proceso.
      
      Mi niña empezó a rumiar algo por lo bajo de “Crepúsculo” añadiendo “me encanta”.  Yo como adulta
responsable me mantuve firme… todo el trayecto del cole hasta casa. Al fin y al cabo las películas de Crepúsculo no son en plan “The walking dead” como pretendía al principio. Empecé a buscar inspiración en las redes pero me parecía raro que hubiera visto alguna de esas películas y las ideas que veía estaban llenas de símbolos que yo no entendía. “Tengo poco tiempo ¿y una foto de los protagonistas?” No me quedaba claro así que hablé con su madre, y efectivamente, era una ocurrencia temporal, algo que había oído por ahí, así que decidimos seguir adelante con la tarta del minion.

Están locos estos minions.


Los minions son entrañables, divertidos y sobre todo locos. Con tan poco tiempo la tarta debía ser sencilla, me la imaginé estrecha y alta coronada por un loco minion así que debía estar boca abajo y para que no resultara insulsa una silueta de Gru en el centro y para las orillas un borde como los tirantes de los pantalones.



Fallos de principiante.

Pues sí, la teoría me la sé al dedillo pero hasta que no te tropiezas con los problemas no los afrontas. Esta tarta tuvo un único fallo que sólo apreciaba yo pero que ahora que lo cuento o si sois expertos podréis ver. Sabía que aunque aparentara un largo cilindro debía tratarla como si fuera de dos pisos reforzándola con pilares pero estaba obsesionada con no usar crema de mantequilla, y ese fue el fallo. La consistencia de la crema de la tarta al enfriarse en la nevera daba la sensación de firme, sin embargo al atemperarse se salía por los bordes por no soportar el peso del bizcocho, además era de color oscuro y el fondant claro con lo que se apreciaba cada bizcocho individual. No había tiempo de rectificaciones, el bizcocho y la crema se habían fusionado y separarlos los destrozaba, por suerte pude eliminar uno de los bizcochos ya que me confirmaron que los invitados serían muchos menos de los esperados en un principio y al tener menos peso se disimularon más los fallos.


Bizcocho de galletas oreo.

  • 250 mantequilla
  • 200 harina tamizada
  • 200 azúcar
  • 4 huevos medianos
  • ½ sobre de levadura Royal (polvos de hornear)
  • 1 paquete de galletas oreo
  • Una cucharada de leche
  • Una cucharadita de esencia de vainilla

Triturar las galletas hasta que queden muy finas.
Se mezclan en un bol los ingredientes secos, harina, azúcar, levadura, y las galletas, y se baten hasta mezclarlos totalmente.
Batir los huevos hasta que espumen y seguir batiendo mientras se añade la cucharada de leche y la esencia de vainilla.
Echar en la mezcla de harina la de los huevos en tres veces batiendo hasta integrar. Una vez integrado batir a velocidad alta, deberá quedar una consistencia muy cremosa.
El horneado.
Para hornear un bizcocho siempre hay que tener precalentar el horno a la temperatura a la que luego coceremos el bizcocho. Cada horno es un mundo, yo hice dos tandas y la que mejor salió fue la que hornee a una temperatura un poco más baja
Hornear a 170º durante 30 min.

Almíbar.

  • 100 agua
  • 100 azúcar
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla

En un cazo echar los ingredientes y batir hasta llevarlo a ebullición.


Crema de galletas oreo.

  • 125 mantequilla
  • 300 azúcar glass
  • 125 queso crema tipo Philadelphia “no light”
  • 1 paquete de galletas oreo finamente trituradas.

Batir la mantequilla con el azúcar ya tamizado, primero a baja velocidad para que no vuele el azúcar y luego a máxima velocidad hasta integrar. Añadir el quedo frio de la nevera a velocidad media hasta formar una crema homogénea.  Añadir las galletas y seguir batiendo hasta obtener la consistencia deseada.

Aquí se aprecia mejor el fallo provocado por una crema inconsistente


La tarta estaba riquísima y no lo digo yo así que animaros.

Y recordad, de los errores se aprende.

martes, 24 de febrero de 2015

Cumpleaños Frozen.





Mi pequeña Sofía cumplió 4 años y está en la edad de invitar a toda su clase. A mí también me hace ilusión ver corretear a tanto niño y además me ofrece la oportunidad de conocer más a los papás. Pero es invierno y meter a tanta gente en casa es tarea imposible así que no queda otra que buscar un lugar donde hacerlo. Para colmo se me complicaron los días previos y organizar la fiesta iba a ser realmente estresante.


Pude sin embargo hacer la tarta, según el encargo de la propia Sofía que quiso tener una tarta Frozen de “chocolate nego po dento y banco po fuera”, lo que traduje por bizcocho de chocolate relleno de mousse de natillas de chocolate blanco.




















Invitación creada por Tu Dulce Gracias










Mi niña no sólo tuvo su tarta Frozen sino también su fiesta Frozen. De todo se encargó “Tu Dulce Gracias”, incluidas las invitaciones. En su local los peques pudieron hacer talleres de coronas, caretas, pintacaras, corretear y saltar en un pequeño castillo hinchable, todo amenizado con música de la película alrededor de una mesa dulce temática.

La tarta.

El bizcocho, sí lo sé, vuelve a ser el mismo, Chocolate Layer Cake, pero es que está tan bueno…

Mousse de natillas y chocolate blanco.

Me basé en la receta de mousse de chocolate blanco de “Los dulces de Ana”, doy fe de que lo que hace está buenísimo.

* 200 ml leche entera
* 500 ml nata para montar
* 50 g azúcar
* 2 huevos medianos
* 10 g maicena
* 3 hojas de gelatina neutra
* 300 g chocolate blanco

- Fundir el chocolate y reservar
(Yo lo hago en el microondas, bajando la potencia a la mitad durante periodos cortos de tiempo y removiendo bien entre estos ya que el calor residual funde el resto de chocolate)
- Hidratar la gelatina en agua fría.
- Montar ligeramente la nata y reservar.
- Batir los huevos junto con el azúcar y la maicena hasta que espumen.
- Poner la leche en un cazo, cuando comience a hervir bajar el fuego al mínimo y echar la mezcla anterior muy despacio sin dejar de remover.
- Añadir la gelatina hidratada y remover hasta que se deshaga.
- Echar el chocolate fundido e integrarlo.
- Dejar enfriar hasta que está tibia y mezclar con la nata casi montada.

La decoración.

Con el poco tiempo que tenía tuve que simplificarla así que me decanté por Olaf que es muy facilito y pinté con rotuladores comestibles a Elsa, el personaje favorito de mi hija. Los colores azul y blanco y unos cortadores de copos de nieve hicieron el resto.

Espero que os guste.
Abrazos calentitos.







sábado, 21 de febrero de 2015

Tarta de chuches Ben y Holly.


“En algún lugar oculto entre las zarzas espinosas existe un pequeño reino de duendes y hadas. Todos los que viven aquí son muy, muy, pequeños…”

Así empieza una de las series infantiles más tiernas y de mayor éxito entre los peques. Ben el pequeño duende y Holly la princesa hada aprendiz de maga, con sus travesuras fomentan valores como la amistad y el amor a la naturaleza.

Ese protagonismo de la naturaleza lo tuve presente a la hora de hacer la tarta. El primer piso y en concreto la primera fila de chuches no podía estar formada más que por gominolas de botellitas de coca cola que con sus colores marrón y verde representarían la tierra donde se asienta la pradera en la que juegan estos pequeños personajes.  Las lenguas de manzana ácida y las gominolas de colores simbolizan la propia pradera salpicada de flores.


El segundo piso representa la ternura y la candidez así que utilicé nubes de azúcar y unas preciosas gominolas en forma de mariposa para volver a evocar la naturaleza.



Como topper busqué a los dos personajes y después de decidirme entre varias opciones, mi hija de 4 años me indicó que Holly estaba mal porque el vestido de Holly es rosa y no azul y eso es “imperdonable”, así que tuve que realizar una nueva búsqueda. En el cartel no debía faltar Gastón la pequeña mariquita con complejo de perro y como fuente de letra utilizé la KB Dotty Dot, muy parecida a la original y gratuita para uso personal.






lunes, 26 de enero de 2015

Tarta de chuches Santiago Bernabeu.

Hacer esta tarta me produjo una gran satisfacción; no, no soy futbolera y salvo un par de veces que me dejé arrastrar por la pasión febril del patriotismo en un encuentro mundial, no veo partidos de fútbol. La ilusión me viene de que el pedido fue hecho por la misma persona que me encargó la tarta del escudo del Madrid el año pasado. Como comenté, aquella tarta la realicé de forma precipitada y sin conocimiento de dónde obtener los materiales, y sin embargo volvieron a confiar en mí, y esta vez me dieron carta blanca y todo el tiempo del mundo.


Fachada oeste
Fachada este
La idea la tuve clarísima, ¿qué mejor tarta para un fan del Real Madrid que el estadio Santiago Bernabeu? Empecé a investigar sobre el propio estadio y las medidas oficiales de un campo de fútbol. ¿Sabíais que un campo de fútbol ha de tener un césped de entre 90 y 120 metros de largo y 45 y 90 de ancho? Pues con esas cifras empecé a hacer bocetos, hacer una escala en centímetros y trasladar esas medidas a número de chuches. El Santiago Bernabeu tiene unas dimensiones en su fachada de (12 nubes + 11 torcidas rojas) x (8 nubes + 7 torcidas rojas) y una altura de 2 nubes + el ancho de una nube, que ahí dejo otra cosa los nombrecitos de algunas chuches.

El Santiago Bernabeu es fácilmente identificable, arquitectónicamente hablando, gracias a sus cuatro torres de acceso y otros elementos como los cilindros bajo las gradas que recorren su fachada oeste y laterales, así como el techo sobrevolado de las gradas salvo en la fachada este que también es distinta con una pared sin añadidos que sobresalgan; todo esto facilita su réplica en una tarta.
Distintos momentos del proceso
Vista aérea


Hasta arriba
Y no parándome sólo en esto decidí que se merecía un lleno absoluto, un derbi quizás. Las gradas tenían espectadores hasta debajo del voladizo.

Después de investigar por la web y preguntar en muchas tiendas sobre dónde obtener el porexpan y los palillos, Cake´s Addiction me puso sobre la pista. Las grandes planchas de 50x30 cm se pueden encontrar en grandes tiendas de manualidades (no en todas) y en almacenes de bricolaje. Para las chuches localicé tiendas y almacenes especializados que amigas mías tuvieron a bien indicarme, así un buen día por si acaso. (Gracias Sonia y Ana).


Aforo completo

Pero hacer una tarta de chuches conlleva otro problema. Empalar ositos de goma uno a uno mientras despiden ese dulce aroma y no sucumbir a la tentación de meter la cabeza en la bolsa y acabar con ellos cual velociraptor en “parque jurásico” es muy duro. He de confesar que dos ositos desaparecieron misteriosamente y a día de hoy no se ha vuelto a saber nada de ellos.





Y así es como acabé haciendo una tarta con más de 2.500 gr de chuches.

Laterales sur y norte

Lista para la entrega
Entregada