Fondo

sábado, 4 de noviembre de 2017

Assassanation Classroom


Esta especie de “bicho/pulpo/profesor-universitario-de-gala/bailaor-de-flamenco” amarillo es Koro-sensei, el personaje principal de la serie de anime “Assassanation Classroom”.

Y esa mismita cara que estáis poniendo es la que se me quedó a mi cuando mi hijo me pidió una tarta con temática de esta serie, rictus que me duró desde agosto, mes de la petición sabedor de que la tarta podía tener su complicación, hasta noviembre en que cumple años.

Claro, yo además no podía hacer una tarta sencilla, colocar una oblea impresa o hacer al bicharraco en cuestión en 2D. No, yo tenía que ir a por el personaje principal y a lo grande.

El cuerpo es muy fácil de hacer, tan solo son capas de bizcocho terminadas en forma redondeada en la parte superior y rebajadas en la capa inferior para poder introducir los múltiples piececitos. La cabeza tampoco es difícil aunque si laboriosa, no la hice de bizcocho porque con el cuerpo había tarta más que suficiente, tampoco de RKT porque no se iba a comer de ninguna manera y sabía que mi hijo la querría conservar, además, no llegaría a tener una esfera perfecta, así que la mejor opción fue una bola de porexpan. Ahora luce cual trofeo en la habitación de mi hijo.


Sin embargo lo que me tuvo preocupada durante esos dos meses fue cómo hacer los brazos y que se sujetaran como si bailara la primera y la segunda a la vez de una sevillana, repito, no podía hacerlo fácil y dejarlos arrastrando, no, el bicho los tiene en alto, pues arriba que se van. Hice muchas pruebas con RKT y alambres pero el peso los vencía. La solución final se me ocurrió en el último momento: forré alambre galvanizado con fondant y lo dejé endurecer unos días sobre una superficie plana, el alambre es muy endeble y se dobla con el peso, es el fondant lo que mantiene la forma pero el alambre dentro hace que no se rompa. Unirlos a la tarta fue una complicación añadida, si los introducía individualmente se caía rompiendo el bizcocho porque este no tenía la fuerza suficiente para sostenerlos. Si unía los brazos y los colocaba entre las capas de bizcocho su forma redondeada hacía que girara por el peso y se vinieran abajo. Así que hice una plataforma rectangular de porexpan del grosor de una capa de bizcocho y los até a ella, sustituí parte del bizcocho por la estructura y voilá. (Nota: siempre que en una tarta se añadan elementos no aptos para alimentos se debe evitar el contacto forrándolos con un material apto como por ejemplo film de cocina).



Y a todo esto de qué era la tarta, pues a petición del interesado de bizcocho de chocolate blanco relleno de buttercream de chocolate blanco. La receta pertenece al libro de Tarta Perfecta de Alma Obregón que he utilizado otras veces y al ser tal cual no la reproduzco.


Pues así cumplió 15 años mi hijo, ya tengo todo un chicarrón del norte.