Fondo

viernes, 24 de febrero de 2017

Cumpleaños selvático.


Se nos ha ido de las manos, a mí también, lo reconozco. Los cumpleaños empiezan a ser pequeñas ceremonias planificadas con antelación, con alquiler de local, decoración y espectáculo, un auténtico dineral para agasajar a ¿los niños?

Después de haber vivido muchos cumpleaños infantiles lo que tengo claro es que los niños quieren espacio; correr, saltar, gritar, ser niños. Si el tiempo lo permite lo ideal es al aire libre, pero ¿qué hacemos cuando eso no es posible?

The Nanny Diaries
No entremos en pánico. Lo primero es ser sinceros con nosotros mismos y buscar a nuestro niño interior. Si sólo nos preocupamos por el “glamour” para quedar bien acabaremos con niños hastiados; eso me recuerda a la película “Diario de una niñera” (“The Nanny diaries”) donde la madre en su mundo de alto standing olvida a su hijo y le prepara un cumpleaños con payasos alternativos sólo pensando en ser la más chic, la cara del pequeño es un poema.

Como he dicho los niños quieren jugar, así que lo primero es buscar un local amplio donde puedan correr, saltar, ser niños, les puedes ofrecer pintarse la cara, cuadernos para colorear o pegatinas. Luego la merienda, qué quieren; en mi día a día y aun siendo yo “Terapia de azúcar” mis hijos apenas tienen acceso a procesados, alguna galleta y poco más así que en los cumples levanto la mano y les doy lo que quieren, chocolate, gusanitos y muchos otros productos que han de ser una excepción, así de paso también los disfrutan más. La decoración; si son pequeños os aseguro que les encantan los globos pero a medida que discurre el cumple deberían tener oportunidad de hacerse con ellos y poder explotarlos, se pueden colgar unos pocos de una cuerda a modo de guirnalda y el resto esparcidos por el suelo.


Vale, está muy bien pero no tengo tiempo o ganas. Existen empresas especializadas en montar cumpleaños que ofrecen el pack completo y se adaptan a las necesidades de cada uno, verdaderos profesionales que os quitarán de preocupaciones y sabrán divertir a los peques sin llegar a los extremismos de la película mencionada.

Con todas estas premisas, este año además he querido probarme y montar yo solita el cumple de mi peque que hacía 6 años.  Lo primero, como siempre hago tartas decoradas, fue el motivo de la misma, eligió “la selva”. Tener a tu clienta en casa puede ser agotador, cada día se le ocurría un nuevo animalito para añadir… “quiero un elefante, ahora un mono y también un dinosaurio”, ahí tuve que plantarme. Ya con la tarta en proceso había que seguir con la mesa de cumpleaños. Lo mejor es hacer un boceto y una lista de aquello que se quiera servir.













La decoración.  Aquí la imaginación es libre y el bolsillo limitado. Para facilitar el trabajo existen muchas tiendas especializadas en decoración de fiestas. En mi caso opté por colores que pegaran con la temática de la tarta. La decoración fue muy sencilla, un faldón para la mesa que puedo reutilizar, un mantel desechable, una guirnalda de globos, unos abanicos y un photocall con temática de selva. Los stands de pisos los hice con cartones reciclados. Lo que les llamó la atención fue tener que servirse las chuches en vasitos utilizando pinzas o cucharas de servir, les encanta la autonomía.



Tarta selvática. La receta que utilicé fue la de chocolate y plátano caramelizado del libro “Objetivo: Tarta Perfecta” de Alma Obregón, como es tal cual no la voy a poner, sólo recomendaros el libro por ser manejable y tener muchas recetas sencillas, la única pega es que no tenga un índice especificando la página de cada tarta. Y para que veáis que  estaba buenísima, varios papás y algún niño repitieron.

La tarta no la cubrí por completo de fondant, últimamente si puedo lo evito porque luego no se come y esta tarta se prestaba a ello, así que dejé visible la cobertura de chocolate. Me gusta contar una historia he imaginé a los animales surgiendo de la selva con cara de asombro, supongo que por el ruido del cumple. Me encanta la jirafita poniendo esa cara sólo porque lo hace su mamá y mirándola en lugar de hacerlo hacia donde lo hace el resto. Hice dos modelos de hipopótamo, uno más infantil y otro más “serio”, este segundo era el que más pegaba con los otros animales pero “la clienta” me pidió que pusiera los dos y accedí.


El resultado de montar yo sola el cumple fue estresante pero mereció la pena.



¿Y vosotros qué hacéis?