- Ana, ya sé
de qué quiero la tarta, de muertos, vampiros… - Llevaba casi dos años
preparándome para esto, recopilando fotos, sacando ideas...
- No me lo
digas, quieres una tarta de las “Monsters High”.
- No, la
quiero de sangre, zombies… - ¡ Mi gozo en un pozo !
- ¡De eso nada!
- Jo, ¿por?
- Porque en
primer lugar tienes 7 años y en segundo lugar tus padres dejan de hablarme.
No había terminado la frase y:
- Vale, pues
entonces de los Little Pony.
- Eso es
otra cosa.- Ya me imaginaba montones de diminutos caballitos trotando entre
nubes y un arcoíris.
- No mejor
una de un minion.- Todos los caballitos
hicieron “plof” en mi cabeza
- Vale, ¿estás
segura? Pero te la hago distinta que la de tu hermana.
Dos días más tarde con el tiempo
al límite, los materiales comprados y el diseño hecho.
-
Ana, ya sé
de qué quiero la tarta…
-
Ah, no. Ya
está en proceso.
Mi niña empezó a rumiar algo por lo bajo de “Crepúsculo” añadiendo “me encanta”. Yo como adulta
responsable me mantuve firme… todo el trayecto del cole hasta casa. Al fin y al cabo las películas de Crepúsculo no son en plan “The walking dead” como pretendía al principio. Empecé a buscar inspiración en las redes pero me parecía raro que hubiera visto alguna de esas películas y las ideas que veía estaban llenas de símbolos que yo no entendía. “Tengo poco tiempo ¿y una foto de los protagonistas?” No me quedaba claro así que hablé con su madre, y efectivamente, era una ocurrencia temporal, algo que había oído por ahí, así que decidimos seguir adelante con la tarta del minion.
Están locos estos minions.
Los minions son entrañables, divertidos y sobre todo locos.
Con tan poco tiempo la tarta debía ser sencilla, me la imaginé estrecha y alta
coronada por un loco minion así que debía estar boca abajo y para que no
resultara insulsa una silueta de Gru en el centro y para las orillas un borde
como los tirantes de los pantalones.
Fallos de principiante.
Pues sí, la teoría me la sé al dedillo pero hasta que no te
tropiezas con los problemas no los afrontas. Esta tarta tuvo un único fallo que
sólo apreciaba yo pero que ahora que lo cuento o si sois expertos podréis ver.
Sabía que aunque aparentara un largo cilindro debía tratarla como si fuera de
dos pisos reforzándola con pilares pero estaba obsesionada con no usar crema de
mantequilla, y ese fue el fallo. La consistencia de la crema de la tarta al
enfriarse en la nevera daba la sensación de firme, sin embargo al atemperarse
se salía por los bordes por no soportar el peso del bizcocho, además era de
color oscuro y el fondant claro con lo que se apreciaba cada bizcocho
individual. No había tiempo de rectificaciones, el bizcocho y la crema se
habían fusionado y separarlos los destrozaba, por suerte pude eliminar uno de
los bizcochos ya que me confirmaron que los invitados serían muchos menos de
los esperados en un principio y al tener menos peso se disimularon más los
fallos.
Bizcocho de galletas oreo.
- 250 mantequilla
- 200 harina tamizada
- 200 azúcar
- 4 huevos medianos
- ½ sobre de levadura Royal (polvos de hornear)
- 1 paquete de galletas oreo
- Una cucharada de leche
- Una cucharadita de esencia de vainilla
Triturar las galletas hasta que queden muy finas.
Se mezclan en un bol los ingredientes secos, harina, azúcar,
levadura, y las galletas, y se baten hasta mezclarlos totalmente.
Batir los huevos hasta que espumen y seguir batiendo
mientras se añade la cucharada de leche y la esencia de vainilla.
Echar en la mezcla de harina la de los huevos en tres veces
batiendo hasta integrar. Una vez integrado batir a velocidad alta, deberá
quedar una consistencia muy cremosa.
El horneado.
Para hornear un bizcocho siempre hay que tener precalentar
el horno a la temperatura a la que luego coceremos el bizcocho. Cada horno es
un mundo, yo hice dos tandas y la que mejor salió fue la que hornee a una
temperatura un poco más baja
Hornear a 170º durante 30 min.
Almíbar.
- 100 agua
- 100 azúcar
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
En un cazo echar los ingredientes y batir hasta llevarlo a
ebullición.
Crema de galletas oreo.
- 125 mantequilla
- 300 azúcar glass
- 125 queso crema tipo Philadelphia “no light”
- 1 paquete de galletas oreo finamente trituradas.
Batir la mantequilla con el azúcar ya tamizado, primero a
baja velocidad para que no vuele el azúcar y luego a máxima velocidad hasta
integrar. Añadir el quedo frio de la nevera a velocidad media hasta formar una
crema homogénea. Añadir las galletas y
seguir batiendo hasta obtener la consistencia deseada.
Aquí se aprecia mejor el fallo provocado por una crema inconsistente |
La tarta estaba riquísima y no lo digo yo así que animaros.
Y recordad, de los errores se aprende.
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