Tarta, galletas y mesa de cumpleaños
Si algo he aprendido de este cumple es que una sola persona
no puede ser una empresa de catering.
Me gusta encargarme de todo, decoración,
elaboración de recetas, detalles para invitados y por supuesto, la tarta. Y si
a mi vena asturiana, de poner comida en abundancia, le añadimos que la lista de
invitados se asemejaba a la de mi boda la cosa se complica.
Hay que tener en cuenta que a los cumpleaños de mis hijos
están invitados amiguitos y papás, así que en la mesa tiene que haber un poco
de todo.
No todo estuvo perdido, de las brochetas comieron la mitad, algún plátano de frutero también cayó y a las mariquitas las descabezaron y se comieron sólo las aceitunas.
Elaborar cada una de estas comidas por separado es fácil y
quedan muy vistosas, pero todas juntas llevan mucho trabajo teniendo en cuenta
que hay que hacerlas el mismo día del cumple para que estén lo más frescas
posibles.
Vasitos de yogur: fresas, yogur natural sin azúcar, cereales
de maíz sin azúcar. En un vasito pequeño de plástico se pone una fresa picada
en trozos pequeñitos, medio yogur natural y encima unos pocos cereales.
Dátiles rellenos: Dátiles preferiblemente deshuesados, queso
crema, nueces. Si los dátiles vienen con hueso retirarlo previamente sin llegar
a dividir el dátil en dos, rellenar el hueco dejado por el hueso con queso
crema y poner encima media nuez.
Mariquitas de tomate: Tomatitos cherry, queso crema,
aceitunas negras deshuesadas, cebollino, tostadas u hojas de espinacas baby. Si
se van a usar las tostadas en lugar de las espinacas el pan puede quedar blando
por el queso y el jugo del tomate, se puede untar un poco de mantequilla para
evitarlo. Se unta la base con queso crema, encima se pone medio tomate cherry
cortado a la mitad y separado ligeramente por uno de los extremos simulando las
alas abiertas, media aceituna negra simulando la cabeza, dos trocitos de
ramitas de cebollino para las antenas y aceituna negra picada muy pequeñita
para los puntitos de las alas.
Brochetas de frutas: utilizad fruta de varios tipos al gusto
y combinadla en un palillo de madera para brochetas. En mi caso fueron fresas,
piña, uvas verdes sin pepita, melón y uvas negras sin pepita. Aunque las
presenté en una bandeja, para la ocasión utilicé la cáscara del melón como decoración
simulando una barbacoa; es muy fácil y vistoso, una vez vaciado el melón se hace
la rejilla con unas brochetas, de patas se utilizan unos trozos de ramitas de
apio y para la tapa añadí un trozo de alambre muy grueso a forma de asa.
Algo muy característico de este personaje es su yoyó con el
que caza los pequeños “akumas” (demonios en japonés) con forma de mariposa para liberarlos del
mal. Es de color rojo con círculos negros y una raya negra central por donde se
abre para atrapar a las mariposas. Elaborar galletas de este yoyó con la
decoración en fondant es muy sencillo y rápido de hacer, además se pueden hacer
con mucha antelación y conservarlas en una caja cerrada en un lugar fresco y
seco.
La receta para la masa es la que utilizo siempre de Bea
Roque (enlace).
Tarta Ladybug. Tarta de moca rellena de caramelo salado.
Bizcocho de moca
Aquí llamamos moca a una combinación de café con chocolate.
Últimamente tengo predilección por los bizcochos que se hacen con aceite en
lugar de mantequilla; este queda muy jugoso. He utilizado la receta del
bizcocho de Pamela de “Quiero cupcakes” que hizo en colaboración con María
Lunarillos. Podéis ver la receta y un video en este enlace.
La buttercream de café la usé como barrera para el relleno
de caramelo y cobertura exterior.
Caramelo salado.
¡ADVERTENCIA: ELEVADO RIESGO DE COMÉRSELO A CUCHARADAS Y QUE
HAYA QUE IMPROVISAR OTRO RELLENO!
Lo normal es que se avise del cuidado que hay que tener con
la elaboración del caramelo pues las quemaduras pueden ser muy graves pero
nadie dice lo riquísimo que está y lo difícil que es resistirse a la tentación.
Otra cosa que me llama la atención es lo de salado. Bien,
pues no está saldado, sólo es que se le echa un poco de sal para potencia el
sabor.
Hay varias formas de hacer esta receta, la que yo he
utilizado es:
- 200 gr. de azúcar
- 2 cucharadas de agua
- 200 ml de nata para montar (un brick pequeño)
- 20 gr. de mantequilla
- Una pizca de sal
En un cazo echamos el azúcar con el agua y removemos un poco
para que se integre, lo dejaremos a fuego medio y no removeremos más hasta que
el caramelo coja un color dorado, unos 30 minutos, cuanto más oscuro será más
amargo. Incorporamos la mantequilla y ahora ya sí podemos remover y seguido
echaremos la nata, cuando esté todo incorporado añadimos la sal y dejamos un
minuto al fuego. Retiramos, dejamos que se enfríe y ya podemos guardarlo en un
frasco hasta su uso. Puede aguantar meses a temperatura ambiente… si resistes
la tentación.
La decoración.
Es muy característico de este personaje, el color rojo y los
lunares de su uniforme, así como edificios históricos de París, ciudad donde se
desarrolla la acción, todos estos elementos los encontré en distintas tartas
que he visto por internet, obviamente yo también los incluí, pero me llamó la
atención no encontrar mariposas en ninguna tarta. La serie se basa en que un malvado villano
utiliza mariposas blancas, que convierte en akumas, transformándolas en
mariposas negras y estas buscan a una persona a la que infectar su maldad para
convertirla en super villano. Ladybug tiene que encontrar la pequeña mariposa
que infecta a las personas y “liberarla del mal” con su yoyó. Así que a mí las
mariposas me parecieron muy importantes y las añadí a la tarta en un viaje de
transformación de negras a blancas desde el fondo de la tarta hasta el
encuentro con la heroína.
Yoyos de recuerdo.
Vale, esto no se come pero los he elaborado yo así que ahí
va la receta:
La temática del cumpleaños se prestaba a tener estos detallitos con los pequeños invitados. Lo habitual es darles una pequeña bolsita de chuches pero creí que con las que habría en la mesa ya estarían saturados de dulce y decidí que tuvieran un pequeño recuerdo algo más duradero. Otra vez el yoyó, al igual que con las galletas, fue el protagonista. Encargué unos pequeños yoyós rojos de madera, con rotuladores negros de distintos grosores les dibujé los círculos, los volví a embolsar y les añadí una etiqueta de agradecimiento.
La temática del cumpleaños se prestaba a tener estos detallitos con los pequeños invitados. Lo habitual es darles una pequeña bolsita de chuches pero creí que con las que habría en la mesa ya estarían saturados de dulce y decidí que tuvieran un pequeño recuerdo algo más duradero. Otra vez el yoyó, al igual que con las galletas, fue el protagonista. Encargué unos pequeños yoyós rojos de madera, con rotuladores negros de distintos grosores les dibujé los círculos, los volví a embolsar y les añadí una etiqueta de agradecimiento.