A quién no se le ha enredado alguna vez las luces de navidad. Las guardas con cuidado, tienes un método para que no se enreden pero al año siguiente parece que hayan bailado en su caja una cumbia cruzada… sin mucho éxito.
Por otro lado, me encantan los búhos y las “curuxas”, me
parecen unas aves bellísimas y símbolo de
inteligencia y sensatez, y como desenredar las luces desafía la
inteligencia y los nervios, imaginé una escena divertida con un búho asombrado
por la situación.
Diseñando |
Quería que la galleta tuviese forma de casa, como no tengo
cortador específico y además quería una casa que no fuera de líneas rectas sino
con paredes y tejados sutilmente curvos, hice una plantilla con un cartón duro
y corté la masa con un cuchillo bien afilado; para esto la masa ha de estar muy
fría.
Para la entrada a la casita realicé un agujero al que le
puse trocitos de caramelo, al hornearse con la galleta el caramelo se derrite y
rellena la superficie, la galleta se ha de hornear sobre papel sulfurizado,
también llamado papel de hornear o papel vegetal. Hay que tener mucho cuidado
cuando se sacan las galletas, por norma se dejan unos minutos en la bandeja
pero en este caso al llevar caramelo hay que dejarlo enfriar unos minutos más
para que al moverlas el caramelo derretido no se quede en la bandeja, y
traspasarlas a otro papel sulfurizado porque aunque nos parezca frío el
caramelo tarda mucho en enfriar del todo y si lo ponemos sobre otro tipo de
superficie, por ejemplo un paño de algodón, el caramelo se pegará.
Para conseguir glasa de color rojo o negro hay que utilizar
colorantes buenos como el “Extra Red” de Sugarflair además de utilizar mucha
cantidad, así que esta vez para no complicarme con estos dos colores compré
glasa preparada en tubo de la marca Wilton. Esta glasa es en teoría muy fácil
de utilizar, basta enroscar un adaptador de boquilla al tubo y está listo… en
teoría. Pues bien, la glasa es tan espesa que le cuesta salir por la boquilla,
dio igual masajear el tubo, apretar con fuerza o calentar la boquilla, terminé
pasándola a una manga pastelera diluyéndola previamente con agua, y aun así no
conseguí la consistencia que deseaba, de hecho seguía siendo tan espesa que al
apretar reventó la manga y casi estropea una galleta, con lo que terminé
haciendo mi propia glasa.
Distintas fases de la decoración |
Las cantidades que suelo usar son:
- 2 claras de huevo
- El azúcar glass que pida (400 g. aprox.)
- 5 gotas de zumo de limón
Se empieza batiendo las claras hasta que espumen y se añaden
las gotas de limón que facilitarán el secado y que el azúcar no cristalice. El
azúcar se va echando de poco a poco hasta conseguir una consistencia que
permita hacer delineaciones sin que se desborde por la superficie, para
comprobar la consistencia tomaremos un poco de grasa con una boquilla y
dibujaremos una cruz, la glasa tiene que salir por la boquilla de forma
continua sin romperse y las aspas de la cruz dibujada no tienen que diluirse
una aspa sobre otra. Añadiremos el colorante en gel, dependiendo de la cantidad
que añadamos hay que volver a comprobar la consistencia de la glasa porque el
colorante puede cambiarla.
En caso de que la
glasa nos quedase demasiado espesa se puede añadir agua, pero será de gota en
gota, y así iremos jugando con el agua y el azúcar.
Sólo queda enviarlas a sus destinatarios pero eso será otro
día.
¡Feliz Navidad!