Voy a bautizar a mis galletas de navidad, en general, como
galletas viajeras, su destino final está a más de 400 km y después de tres años
seguidos ya son una tradición.
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Truco para que se mantenga
la forma al hornear:
la masa ha de estar muy fría
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Este año el protagonista ha sido el muñeco de nieve. Y es
“el” y no “un” porque no se puede se puede representar más el espíritu navideño
que con la alegría que irradia esta galleta.
He visto este dibujo en varias ocasiones con lo que no sé
quién es el autor original, lo que si es cierto es que la originalidad de
trasladar el dibujo a galleta con fidelidad y riqueza de detalles es de
Patricia Sánchez (ver blog
http://galletasyponques.blogspot.com.es/). Sus preciosísimas galletas me tienen
enamorada y es de ella de quien copié descaradamente las mías. Ahora bien, el
tener que hacer dos docenas de galletas etiquetadas y embolsadas para regalar
me obliga a simplificar el diseño sin que cada galleta que pierda su espíritu.
Puede que yo no sea original, tampoco lo pretendo, pero se me da muy bien
buscar alternativas más simples.
Y sin más os dejo con las imágenes de mis galletas viajeras.
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Diseño previo en papel |
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Traslado de la silueta |
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A falta de los pequeños detalles |
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Terminadas |
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Todas únicas |
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Cada una para un destinatario |
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Nos vamos de viaje |