Desde que oí este nombre de tarta tan sugerente tenía muchas
ganas de hacerla, y cuando supe además qué ingredientes la componían (plátano,
piña, coco…) no me pude resistir. El cumpleaños de mi hijo mayor fue la excusa
perfecta.
No he conseguido averiguar el motivo del nombre, pero me
gusta la teoría de mi amiga Ana de que está tan rica que se acaba volando.
Cuando una receta es nueva para mí voy a lo seguro y recurro
al blog de Bea Roque, ya que es garantía de éxito. Podéis consultarla aquí.
Los cambios que realicé son mínimos, añadí más nueces porque
ya que me había costado tan caras aproveché para echar más, y como siempre, la
mezcla de los ingredientes que hago, primero los secos tamizando los que se
puedan y luego poco a poco los húmedos.
El resultado es un bizcocho consistente, muy jugoso que no
necesita almíbar y con diferentes texturas que aportan las nueces y el coco. Particularmente
creo que predomina el sabor del plátano, probaré otro día a echar uno menos.
Ingredientes:
- 220 gr. harina trigo todo uso
- 1 cucharadita canela
- 1/2 cucharadita bicarbonato sódico
- 1/2 cucharadita sal
- 75 gr. nueces muy picadas y unas pocas enteras para decorar
- 50 gr. coco rallado
- 100 gr. azúcar blanquilla
- 100 gr. azúcar moreno
- 3 huevos medianos
- Una lata pequeña de piña (aprox. 140 gr.)
Nueces pecanas 3 plátanos de Canarias hechos puré- 125 gr. Aceite de girasol
- 1 cucharadita extracto de vainilla
La receta original utiliza nueces pecanas que son las que usé,
unas nueces habituales en EE. UU. de donde es originaria la receta, más
alargadas, sin el característico sabor amargo de las nueces comunes y mucho más
caras. Si no las encontráis, usad las comunes.
Elaboración:
Se pican las nueces pero sin hacerlas polvo, un tamaño
pequeño pero que nos encontraremos en el bizcocho. Se reservan.
Se hacen puré los plátanos, bien machacándolos con un prensa
patatas o con una picadora. Se reserva.
Para la piña, retiraremos el jugo que trae la lata y también
la haremos puré. Se reserva.
Mezclar los ingredientes secos: la harina tamizada, los dos
tipos de azúcar, la canela, el bicarbonato, la sal, el coco y las nueces; utilizar
para ello la batidora durante uno o dos minutos hasta que quede una mezcla homogénea.
A continuación se añade a la mezcla seca los ingredientes
húmedos poco a poco a velocidad media dejando que se integre el anterior antes
de añadir otro ingrediente: el aceite, los huevos previamente batidos hasta que
espumen, el extracto de vainilla, el puré de piña y el de plátano.
La mezcla la repartí en 3 moldes de layer cake de 15 cm.
previamente engrasados con spray desmoldante. Para asegurar la misma cantidad
en los moldes utilicé una cuchara de helados, echando una cuchara cada vez en
un molde distinto.
Con el horno precalentado a 170º para estos moldes se hornea durante 30 minutos
aproximadamente, pero lo controlaremos pinchando los bizcochos con un palillo y
comprobando que salga seco.
Crema de queso.
Aunque esta crema ya la he
incluido en otro post del blog, por ser tan cortita y no tener que ir enlazando
la vuelvo a escribir tal cual.
- 200 g. de queso tipo philadelphia (una tarrina pequeña) no light, pues necesitamos la grasa que aporta
- 75 g, de mantequilla
- 1 cucharadita de vainilla
- 1 taza de azúcar glass
El queso tendrá que estar muy
frío, recién sacado de la nevera. La mantequilla se saca un poco antes pero no
ha de estar a temperatura ambiente sino algo fría, que mantenga su
consistencia.
Primero se bate la mantequilla
hasta ablandarla un poco, se va añadiendo el azúcar glass despacio a velocidad
baja hasta que no haya peligro de que salga volando y se sube la velocidad. Se
añade la vainilla y cuando esté, el queso batiendo hasta tener una crema
suave.
La decoración.
A sus 13 años mi hijo es de gustos sencillos y lo reflejé en
la decoración. Este tipo de tartas se llaman tartas desnudas en contraposición
con las forradas de fondant, esto no quiere decir que su decoración sea
descuidada, puede ser muy sencilla o con toppers muy complejos pero dejan a la
vista sus capas que han de estar muy bien niveladas y el relleno que puede rebosar,
dándole un aire rústico que me encanta.
Para que la crema no se desmorone
con el peso de los bizcochos, primero meteremos cada piso con su crema por
separado en la nevera.
En el piso superior coloqué unas
nueces.
Las banderitas suelo hacerlas con
un editor de texto pero no me pude resistir a utilizar estas “Chalkboard Alphabet Bunting” de Kristin. Podéis encontrar este y otros imprimibles
gratuitos en su página www.yellowblissroad.com,
yo ya le he echado el ojo a otros para navidad.
Con sólo recortar las banderitas, pegarlas
en un colorido cordón de algodón trenzado (bakers twine) y atar este a un par
de palillos para brochetas conseguiremos una decoración sencilla y elegante.
(Nota para mi: Quitar la decoración de papel antes de poner las velas, el papel arde)